miércoles, 29 de febrero de 2012

Guardería, no.

Ilustración: Benjamin Lacombe


Han pasado ya casi 4 años desde el nacimiento de nuestra hija Alejandrita.  Acabamos de pasar en la familia una experiencia que no pensamos que la íbamos a vivir, tuvimos que recurrir a una guardería.  Pero gracias a Dios, no han pasado mas que 9 días que mi hija asistió, y ya se acabó, definitivamente la guardería no es para nuestra hija..

En resumen quiero hacer un pequeño recuento sobre esta triste y desconcertante experiencia que nos permitió a mi esposo y a mi tomar la firme decisión de hacernos responsables de la educación de nuestra hija.

La primera semana asistió 4 días, 2 días muy feliz y los otros 2 días ya se empezó a desanimar ya no quería irse pero le motivaba para que vaya.

La segunda semana, se enfermó y sólo asistió 2 días, el jueves ya no quiso ir, pero le dejé ya muy temerosa y el viernes, sorpresa !se orinó! (y eso no había sucedido desde hace unos 6 meses) y se había puesto a llorar.

La tercera semana asistió 3 días, los dos días se quedó llorando y el último día se quedó llorando y le recibí igual.  Al retirarle de la guardería, yo le notaba como salía nerviosa, tenía algún papel en sus manitos y lo estrujaba mucho, además la notaba sudorosa.  Se empezó a morder los deditos y se le veía angustiada en las tardes y noches porque no quería que al día siguiente le lleve a la guardería.  Pero estos últimos tres días me suplicaba, me rogaba que no le lleve, me decía que me extraña, que quiere estar en casa conmigo.  Textualmente me decía: "mamita? sabes lo que pasa mamita?", se acercaba a mi oreja y me decía como si me contará el más preciado secreto "yo te extraño mamita, eso es lo que pasa mamita, yo te extraño".  Otra frase que se ha grabado en mi corazón es: "si la profesora me quiere amarcar tu le dices ¡no!, ¡esta es mi hija!, tu me amarcas y no le dejas que lleve, si mamita?" Esas palabras, me tocaron, me sacudieron e hicieron que recordara que yo no quería ser quien lastime a mi hija.

Durante estas tres semanas empezó a ponerse agresiva, lloraba por cualquier cosa y se despertaba por las noches llorando.  Y el problema de su agresividad, lamentablemente también me empezó a afectar a mí y yo también me volví agresiva y con poca paciencia.  También se puso muy sensible, lloraba por cualquier pequeñez y no quería separarse ni un minuto de mi lado, ni siquiera para irme al baño, no podía retirarme de su vista.  Algo que también me llamó la atención es que en ese tiempo mi Alejita se obsesionó completamente con su color favorito el amarillo, pero de una forma que de verdad me parecía exagerada, pintaba todo amarillo, quería que todo sea amarillo y si no le daba lo que quería de color amarillo se ponía tan molesta que parecía que se transformaba en una persona con rabia.  Lo mismo pasaba con el número 3, si quería pan quería que sean 3 panes, si quería algún dulce debían ser 3, en fin, era una locura.  Si jugaba con las regletas de cuisenaire, quería jugar sólo con el color amarillo y quería que no se llame 5 sino adivinen?, si, quería que la regleta de color amarillo se llame 3!!  Me estaba volviendo loca con su agresividad, con el color amarillo y el número 3.

Alejandrita no quería contarnos casi nada de la guardería.  Sólo lo hacía inconscientemente, por ejemplo: al pintar una zanahoria me dijo:
- la ramita debe ser café, cierto mami? y no debo salirme de los bordes, así me dijo mi profesora
mami: pinta del color que quieras
- no mami, la profesora me dijo que las ramitas son cafés
mami: le pregunté y los árboles de que color son?
A- los árboles son verdes, porque la profesora nos dijo que son verdes
mami: pero a ti que color te gustaría pintar los árboles?
A- amarillos
mami: entonces porque no pintas amarillo
A- porque la profesora me da el color verde, todos los niños pintan de color verde porque los árboles son verdes!! (se enoja) la profesora nos dijo que los árboles son verdes

Parece que no se dan cuenta en la guardería de lo que están haciendo con ese tipo de afirmaciones, están acabando con la imaginación de los niños, y esto es solo un ejemplo.

Al conversar (el que habría sido) el día décimo de mi hija en la guardería con la Directora, me enteré del tipo de educación que estaba recibiendo Alejandrita.  Al comentarle las actitudes y cambios de comportamientos que tenía Alejita, me respondió que esas son maneras que inventan los niños para manipularnos y que no debemos dejarnos convencer por esas escenas de llantos y pataletas, que debemos enseñarles como padres que ellos no van a hacer lo que les da la gana, los niños deben aprender a obedecer a sus padres.  Entonces me dije, si nosotros (mi esposo y yo) practicamos la crianza con apego, la crianza respetuosa, que le estamos haciendo a nuestra hija al dejarle en una guardería?  Este tipo de educación insensible e irrespetuosa no queremos para Alejandrita.  Le conté lo sucedido a mi esposo y lo decidimos, no más guardería.

Así que salimos de la guardería mi hija y yo tomadas de la mano, yo feliz, mi nena, no lo podía creer, casi no hablaba, aún le sudaban sus manitos, pero luego se emocionó y me dijo que se sentía alegre.  Oh sorpresa que me llevé ayer (primer día sin guardería) al jugar con las regletas de  cuisenaire , jugó con todos lo colores!! y a la regleta de color amarillo le dijo 5.  Y hoy (segundo día sin guardería) en la mañana mientras le preparaba su desayuno, cuando le llevé su comida, me enseñó un dibujo de Winnie Pooh pintado con todos los colores y apenas unas oreja del oso color amarillo, casi me caigo como Condorito, no lo podía creer, era como ver por primera vez algo a colores, fue muy emocionante.  Puedo notar que mi hija está muy alegre, ha comido mucho mejor, ya no está enojada, ni se pone agresiva ni está pegada a mi como chicle.

Estamos contentos y emocionados porque luego de esta mala experiencia el sueño que teníamos de hacer homeschooling para nuestra hija ha dejado de ser un sueño y se ha convertido en una realidad.  Desde ahora ha empezado oficialmente en nuestra familia la aventura de la educación en casa de Alejandrita.